Enero 2017 en la Casita de la Dehesa
Todos, enanitos y no tanto, regresamos de las fiestas navideñas con las pilas cargadas y deseando llenar el nuevo año de experiencias y aprendizajes en comunidad. Siempre acompañados y protegidos por el entorno natural de La Dehesa de la Villa.
A lo largo de este mes, hemos ido “conquistando” nuevas posiciones, adentrándonos en las profundidades de La Dehesa, y descubriendo todo lo que su naturaleza nos ofrece.
Así, aquellos límites seguros que nos marcamos en la morera durante el pasado año, se han expandido y diversificado por cada rincón de La Dehesa.
Una gran variedad de árboles, prados, animales y senderos nos acompañan día tras día en nuestro aprendizaje.
Aquí os presentamos a una de nuestras nuevas amigas: la abubilla
Para este nuevo y amplio espacio, hemos adquirido unos chalecos que facilitan nuestro acompañamiento, dotando de mayor seguridad a cada uno de nuestros pasos y que ayudan además a visibilizar el proyecto en el barrio.
Poco a poco, vamos acostumbrándonos a nuestro nuevo color. Se consolida la conciencia de la importancia de pedir ayuda cuando cada uno la necesite, así se afianza también el sentimiento de protección y seguridad en nuestras exploraciones.
Los charcos, por supuesto, continúan siendo unos de los grandes atractivos que La Dehesa nos ofrece, y suponen una magnífica oportunidad para hacer brebajes y mejunjes varios con ramitas, hojas, barro y demás ingredientes naturales.
Y, bajo la atenta mirada de nuestro filólogo y educador particular, Andrés Bello, las letras y los números están cada vez más presentes en el descubrimiento de la naturaleza.
Nuestra imaginación vuela a través de cada ciprés, de cada pino carrasco, con las urracas y los “picapinos”, llevándonos de los fuertes medievales a la construcción de viviendas para gnomos…
…y los preparativos para las cada vez más próximas plantaciones en la Casita están ya en marcha
Damos la bienvenida al mes de febrero cargados de proyectos e ilusiones y preparados para seguir creciendo y aprendiendo.