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El círculo invisible de seguridad

Salida familias enlazadas.

Hola, familias:

Hoy os escribo para compartir un estudio reciente sobre el roaming space y, de paso, hablar del círculo invisible de seguridad y la importancia de construir comunidad, que son mi mayor obsesión y mi forma de mejorar el mundo.

 

 

Aquí os dejo el enlace del artículo: The Last Free-Range Children? Children’s Independent Mobility in Finland in the 1990s and 2010s de Marketta Kyttä.

El concepto roaming space podría traducirse como «espacio de itinerancia» y se usa para medir la distancia en la que pueden moverse los niños para jugar con libertad. Hace solo unas décadas, la mayoría de los niños y niñas disfrutaban del privilegio de jugar al aire libre y, en muchos casos, podían ir al colegio sin la supervisión constante de los padres. Esto se debía a un círculo invisible de seguridad que los protegía. Si queréis hacer un viaje en el tiempo, podéis ver la película de Manolito Gafotas y sentiros parte de la “antigüedad”.

Este círculo invisible lo componían los hermanos y primos mayores, así como otros niños y niñas de diferentes edades del barrio, que se acompañaban en sus idas y venidas o jugaban juntos en la calle. También estaban los vecinos, las madres, los abuelos y los comerciantes, que formaban parte de esa red protectora. Si un niño se hacía daño o se metía en líos, siempre había alguien que sabía quiénes eran sus padres y dónde encontrarlos. Nuestros padres aún cuentan historias de cómo iban a jugar al fútbol en la dehesa o a hacer recados con solo 6 o 7 años, sin que nadie lo considerara peligroso. No estoy hablando de una libertad salvaje y negligente, estoy hablando de darles libertad para moverse y jugar mientras alguien vela por ellos, sin que se den cuenta. De esta manera construyen una visión positiva del mundo físico y social que les rodea, se apropian de su entorno o barrio, y, lo más bonito, se sienten seguros y capaces de moverse en él.

En el estudio se confirma lo que todos ya sabemos: en muchos países europeos, la distancia en la que los niños pueden jugar libremente ha disminuido considerablemente en las últimas décadas.

¿Qué ha pasado en estos años?

Hoy apenas vemos grupos de niños de distintas edades jugando juntos en la calle, aunque en nuestro barrio contamos con parques, huertos urbanos y zonas deportivas públicas y seguras. De hecho, si quieres que tu hijo de 11 años vaya solo al colegio, ¡tienes que firmar una autorización!, en la que te hacen sentir un padre negligente.

Además, el consumismo ha llenado nuestras vidas con agendas repletas de actividades de ocio, deporte y formación desde edades tempranas, lo que nos deja agotados. Y lo entiendo, porque la idea de tener que entretener a los niños toda la tarde puede ser abrumadora con todo lo que tenemos que hacer. Pero ¿y si no fuera nuestro papel mantenerlos ocupados y entretenidos? ¿Qué harías con ese tiempo y cómo afectaría a tu salud mental?

El estudio también sugiere que la reducción del roaming space podría afectar incluso a nuestra inteligencia como adultos, y no me extraña. Esto me recuerda a Nills Bergman, quien habla de cómo nuestro cerebro puede seguir dos vías de adaptación.

La adaptación a un mundo benigno se denomina “estrategia de historia de vida lenta”, mientras que cuando los recursos son escasos y las condiciones son difíciles, necesitamos una “estrategia de historia de vida rápida”.

Si las primeras señales que recibe el cerebro sobre el mundo en el que nacemos son negativas, este se preparará para un entorno hostil, de manera que se pueden producir cambios cerebrales que nos adapten a un mundo difícil incluso cuando las condiciones sean favorables. Peor aún, este comportamiento podría transformar un entorno amable en uno negativo si suficientes personas desarrollan esta mentalidad de supervivencia. ¿Será eso lo que está pasando en nuestras ciudades? ¿Andamos todos en modo supervivencia creando un entorno hostil sin saberlo?

¿Alguna vez te has planteado cómo criar a tu peque para que disfrute de una “historia de vida lenta”, disfrute de una red invisible de seguridad que vele por él mientras juega en la distancia y escape del modo de supervivencia en el que parece vivir nuestra sociedad?

 

María de Pedro