La Fiesta del Farol

El pasado viernes celebramos la Fiesta del farol, que es una de las fiestas más representativas de la pedagogía Waldorf. Se celebra siempre cuando llega noviembre, el otoño ya no se esconde y los días se acortan sin remedio. Es una celebración que nos hace entrar en contacto con el carácter cíclico de las estaciones del año, ritualizando este momento de comunión con el curso de la naturaleza.

La Casita de la Dehesa bebe de varias escuelas como Waldorf, disciplina positiva, escuelas bosque, Montessori… y siendo la fiesta del farol una celebración tan bonita, no podíamos dejar de incluirla en nuestro calendario.

La Fiesta del Farol representa la luz que brilla en nuestro interior y que ilumina nuestros pasos en esta época oscura que llega cuando el verano ya está olvidado.  Pero la fiesta del farol no es un solo día, es en realidad el culmen de muchos días de preparación, de aprender cuentos y canciones que nos anticipan, y como no, es el tiempo de la preparación del farol.

En esta ocasión, sobre una caja de quesitos levantaron los peques un farolillo con un papel que cada uno había decorado a su gusto con las hojas que nos regalan los árboles: algunas pintadas, otras calcadas y otras pegadas.

Los acompañantes contagiaron con su ilusión a nuestras criaturas, y el día de la fiesta insuflaron vida al teatrillo “La niña del farol” con la aparición estelar del oso, el erizo, la tejedora, y el sol, que es el encargado de encender el farol de la niña que luego compartirá su luz con sus pequeños amigos de lana.

Cuando el teatrillo hubo acabado, y el día también, los farolillos de nuestros enanitos de La Casita de la Dehesa, se encendieron para iluminar lo que quedaba de fiesta. Como pequeñas luciérnagas iban jugando por la pradera y también los mecía el viento cuando colgaban de la morera, mientras compartíamos la merienda que con amor habíamos preparado: tortilla, empanada, deliciosos sandwichs, bizcochos de muchos colores, hummus, ensalada y una infusión para entrar en calor.

La Casita de la Dehesa es una asociación de familias donde los duendecillos hacen piña, pero los mayores también; porteo y lactancia, son algunas de las conversaciones que se cruzaban en el aire con otras de rutas en la naturaleza, y recetas adaptadas, porque de eso se trata de compartir la crianza, de hacer tribu.